De los golpes se aprende
De los golpes se aprende...
Ciega y con el alma rota. No importaba más; habían ya fragmentado mi alma a golpes y traiciones. Ya no esperaba más.
El deseo persistía, pero era tanto el dolor que pretendía dejarme caer, dejarme llevar por la corriente una vez más; escuchando esas voces de madrugada, los llantos y las risas, mientras yo solo me quedaba a esperar.
Supe desde antes mi final. Mi amor por las letras no era suficiente, tenía que ser como todos, y no tolero ser como alguién más. Tengo los fragmentos soportando el tiempo, dolores ajenos, desvelos y cero consuelo.
La luna se esconde, las estrellas se apagan, se desvanece el alma, dolores y llantos de una condena, el canto de las aves en esta madrugada creo que me consuelan.
E. González. | El alma siente (15)
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