Tetas y fusiles


Tetas y Fusiles

Escrito por Javier Marulanda, Sevilla, Valle, Colombia.

Colombia se convirtió en un pais de pistoleros y fusiles, pero todos los días tratan de escondernos esta realidad mostrándonos un mosaico de tetas, traseros y maricas.

Cuando una tragedia sacude al país, anuncian como gran noticia que la diva Natalia París se aumentó el tamaño de sus tetas, cuando matan diez policías y diez campesinos informan que Amparito Grisales se mandó a parar el culo a punta de bisturí; cuando los niños del Chocó mueren de hambre corre la noticia de que maradona siguió soplando cocaina, cuando medio pais tiene el agua a los tobillos nos dicen que Norberto, el peluquero de las reinas, cambió de mozo.

Con todo el dolor y el drama que vive el pueblo colombiano, a quién puede interesarle que las tetonas de Play Boy anden sin calzones, o que Gloria Trevi se orinó en público.  Estas son vagabunderías y una falta de respeto por el pueblo colombiano, especialmente por los niños.

La Cartagena que no conocemos o nos esconden, no es el paraiso terrenal que nos pintan, detras de sus murallas y sus playas se refugia la miseria, pero allí se reunen las bellas cada año para distraer al pueblo con su glamour y su belleza.  En el mes de noviembre, los colombianos nos encandilamos viendo traseros mientras que por esa misma época miles de compatriotas van errantes por los caminos de la patria, buscando la sepultura de sus seres queridos.

En Colombia los bajos salarios se distraen con goles, el desempleo se tapa con clásicos de futbol, la violencia la entretienen con tetas y el estruendo de los fusiles tratan de silenciarlos con conciertos de rock, que organizan los de arriba para que los de abajo nos empendejemos.

La verdad es que a los colombianos nos durmieron la sensibilidad, nos endurecieron el corazón; a la muerte le interpusieron telenovelas, el país está en estado hipnótico, perdimos la memoria por el encanto que nos proporciona un culo.

Hablar de valores en este país es un sofisma, educar para la paz es una perdedera de tiempo, porque aqui son mas importantes los que disparan que los que caen; la democracia no la conozco, la libertad está encadenada, la guerra vive bombardeando la paz.  Vivimos en un país, donde son mas importantes los fundillos que la vida misma.

Toda esta vagabundería es una estrategia de los grandes poderes del Estado y no debemos olvidar que, "la filosofía del oprimido, siempre es hecha por el opresor".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi generación

Cuento Eleonora por Poe

Un año de terror